El regreso de Yoris y Yoremes

Vuelve a la vida Yoris y Yoremes. Su primera etapa llegó hasta 2007, sin que se le diera la oportunidad de seguir hospedando en sus páginas las inquietudes de los trabajadores de la CEDH y de intelectuales locales y nacionales interesados en compartir en la revista narrativa y propuestas en el campo de los derechos humanos.

Demos la bienvenida a esta segunda época de Yoris y Yoremes. El regreso de la publicación se da en el entorno del XXXII aniversario de la CEDH, una institución que cuenta con una larga y productiva experiencia y que marchando a la par con el desarrollo tecnológico podrá disponer de una versión digital y otra impresa. Esa disposición en internet y en físico permitirá tener a la mano la posibilidad de consultar en cualquier dispositivo las publicaciones y, lo que nunca dejará de ser importante, también ser parte del acervo que da cuerpo y vida a las bibliotecas de instituciones educativas, de investigación, particulares y comunitarias.

Desde el nacimiento de las defensorías del pueblo o comisiones de derechos humanos, la defensa y promoción de los valores que le dan sustento a nuestra civilización es la misión a cumplir. Y la tarea quedaría a medio camino si sólo nos concretamos a la atención de quejas, dar seguimiento a las mismas y elaborar las medidas cautelares y recomendaciones que ameriten. La labor alcanza su verdadero nivel si las comisiones tienen un brazo que vaya a las escuelas, a los espacios públicos y, desde luego, si tienen órganos de difusión permanentes como departamentos editoriales y con publicaciones periódicas.
La reaparición de Yoris y Yoremes llega en el centro de una de las coyunturas más complejas y dilatadas que ha padecido el estado de Sinaloa. Vivimos una crisis múltiple que demanda la mayor tensión de inteligencia y sabiduría para enfrentarla. El análisis serio nos habla de una crisis humanitaria que abraza los renglones de homicidios (incluidos feminicidios), desplazados por razones de violencia y la desaparición forzada de personas. A la que hay que agregar todos los males que acarrea ser asiento de producción de drogas y corredor de esos estupefacientes hacia el mercado de consumo de mayor poder del planeta. Y, por si fuera poco, una crisis hídrica que le pone una interrogante mayúscula a toda la economía local.

Esta crisis de mil aristas impone como una de las primeras consecuencias una importante desconfianza de amplios sectores de la sociedad hacia la autoridad. No será tarea fácil volver las aguas agitadas a su nivel histórico. Pero recursos y voluntad no deben faltar para alcanzarlo. La Comisión Estatal de los Derechos Humanos está llamada a jugar un papel de primer orden en ese esfuerzo por acercar a los diferentes sectores sociales hacia un diálogo, tan necesario como urgente, en el tratamiento de la coyuntura crítica que vivimos; así como para aproximar a las instancias de la autoridad con los organismos representativos de la sociedad. El acercamiento permitirá escucharnos, sin importar las diferentes posturas y narrativas acerca de los problemas vividos, porque ello nos llevará de la mano a elaborar propuestas de solución.

Yoris y Yoremes, en su versión digital e impresa, será una herramienta invaluable en nuestros afanes de promoción del diálogo y el acercamiento de autoridad y sociedad. No es la primera ocasión en que periódicos y revistas juegan un papel esencial en momentos históricos de México. Así lo prueban la Revolución de Independencia, la complicada época de la Reforma y muchos otros instantes irrepetibles de nuestra vida nacional. Respaldemos el noble y bello esfuerzo que significa esta segunda época de Yoris y Yoremes.

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